martes, 30 de noviembre de 2010

Cerramos nuestro primer año

Clic en la imagen para ver en grande:



lunes, 29 de noviembre de 2010

Corrincho, capítulo ocho: Vuelo

Nada será como antes tras el retorno de Corrincho a la casa Pachamama...

Hogar dulce hogar.

Hay que preguntarle a los que desafiaron la penumbra y treparon los escalones. Se mimetizaron con los pasadizos de la casa.

Cruzaron los dedos cuando la primera lectura se hizo voz.

Y sólo se permitieron el respiro cuando alguien, un presente ya vuelto página escrita, corrección sobre la marcha, cadencia del final, anunció que el daño ya estaba hecho.

O el milagro. Quién sabe...

La versión ocho de Corrincho tuvo todo eso: crudeza urbana, amor, hambre de carne y pasión del abrazo, ilusiones sin fecha de vencimiento. Y tango. Berretín.

¿Para qué caer en lo impronunciable? ¿Y si esta vez dejamos que las imágenes se rompan tratando de volverse mil palabras?

Vamos a intentarlo.

Una primera aproximación a la magia: Ana Ojeda (foto, abajo). Transformada en Luis Mazzarello.


Ana Ojeda distrae la luz. Enciende.


Gonzalo Gálvez Romano (foto, abajo). Navega entre los párrafos de Ana Ojeda. Perdido, hasta volver con la memoria intacta.

Gálvez Romano, en otra instancia de vuelo.


Ezequiel Granado (foto, abajo), añade con su guitarra otro color sonoro a los textos que van comenzando a caminar.


El Pacha se alimenta de todos.


Luis Mazzarello (foto, abajo), extiende la noche entre las letras de Gonzalo Gálvez Romano.



Mazzarello, conmovido entre las páginas.

Llega Juan Carlos Virgilio (foto, abajo). Hay un rescate, una palabra que vuelve.


Sabiduría del 2x4. La forma más porteña de volver sobre lo que arde y el recuerdo de eso básico que de pronto falta.


Nadie se lo quiso perder. Nadie pudo.
Ni siquiera él...


... que desde esa noche espera, sin cerrar los ojos ni probar alimento, tirado en un sillón, por la inminente fecha que cerrará el primer año del ciclo novelado.
¡A no fallarle!

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Subí que despegamos

Clic en la imagen para ver en grande:



martes, 2 de noviembre de 2010

Ya: Corrincho, capítulo ocho

Tomá mate: Volvemos al Pacha!



Veladas Noveladas


Ciclo de novela inconclusa e inédita



Juan Carlos Virgilio lee Juan Carlos Virgilio


Gonzalo Gálvez Romano lee Ana Ojeda


Ana Ojeda lee Luis Mazzarello


Luis Mazzarello lee Gonzalo Gálvez Romano



Ameniza: Ezequiel Granado (guitarra)


¿Presentan? Sí: Almada & Eleisegui



Jueves 4 de noviembre, 21.30 horas, en Argañarás 22 (entre Estado de Israel y Lavalleja).


Se come, se bebe, se charla bajito y se escucha. Una casa de amigos.

sábado, 23 de octubre de 2010

Corrincho, capítulo siete: Energía

Nunca falta quien dice que la literatura tiene que tener movimiento, energía, vitalidad…

¿Será porque nunca participó o asistió a Corrincho?

Seguramente.

Porque sino, hubiese encontrado todos y cada uno de los atributos que se le piden a la palabra escrita y leída.

Porque en la última edición del ciclo que pone la lupa sobre la novela inédita o en construcción si algo no faltó, fue esto:

Movimiento.

Energía.

Vitalidad.

El fuego se inició temprano, con un Leandro Ávalos Blacha (foto, abajo) tomando la fisonomía de Sergio Fombona por unas cuantas páginas.


No faltó lo escatológico. Mucho menos, la tensión y el gatillo inesperado que azota al público cuando la historia deja de ser sórdida para volverse, directamente, original.

Pausado y con el telón sonoro de los Rojo Estambul desplegándose a su espalda, Ávalos Blacha se internó por los pasillos de una historia sin medias palabras, y cargadas de imágenes que apuntan directamente al estómago.

Otra de Ávalos Blacha:



Minutos después, el mismo Fombona (foto, abajo) ajustó cuentas con un texto de Ávalos Blacha en el que las dualidades y los sentimientos se entremezclan en un drama donde se discuten roles, anhelos y obligaciones.


Una más de Fombona:


Preciso y siempre al punto, el escrito de Ávalos Blacha combina paradojas y desnuda disyuntivas casi párrafo a párrafo. Cuando se detuvo la primera oleada de lecturas, el aire se volvió Rojo Estambul.


Y hubo otro sonido.


Otra:


De vuelta al ruedo, Juan Guinot (foto, abajo) se hizo verbo entre las palabras, colores, olores y sabores que Gabriela Cabezón Cámara esculpió en un texto que no dudaba en gritar, casi independiente de autor y lector, ¡cumbia!


Más del exorcismo de Guinot:


Guinot primero mutó en acción. Voz y cuerpo. Luego decidió volverse letra. Y ahí fue el momento en que Gabriela Cabezón Cámara, casi un espíritu dominador de las ceremonias, se entremezcló entre línea y línea hasta apagar las voces.


Más de Cabezón Cámara:


Tras los adjetivos, quedó la celebración. Risas, charlas, comentarios, bebida y comida. Piernas, hombros, cabezas, labios en movimiento. Muchos. Ganas de más.


Amigos y amigos. Las fotos son obra y gentileza de Carla Serafini.

Una auténtica familia. Eso se está volviendo esto que Juan Marcos Almada y Patricio Eleisegui, allá a lo lejos, a principios de año, concibieron bajo el nombre de Corrincho.


La revancha es en noviembre. A ver si se animan…

martes, 5 de octubre de 2010

Sí, te va a gustar

Clic en la imagen para ver en grande:


lunes, 4 de octubre de 2010

Preparados, listos: Corrincho, capítulo siete

Nah! ¿Es cierto?

Sí, calá:


Veladas Noveladas

Ciclo de novela inconclusa e inédita



Fombona lee Ávalos Blacha


Ávalos Blacha lee Fombona


Cabezón Cámara lee Guinot


Guinot lee Cabezón Cámara


Ameniza: Rojo Estambul



Presentan: Juan Marcos Almada & Patricio Eleisegui

Cuándo: jueves 7 de octubre. En qué momento del día: 21.30 horas.

Dónde: El Arte de Fluir. Olleros 3804 (y Rosetti)

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Corrincho, capítulo seis: pasión

La versión seis del ciclo que propone la lectura de novela inédita o en proceso de escritura tuvo otra noche de esas que, sí, dejan con ganas de más. Y más.

Porque el clima íntimo propone eso: cercanía. Oídos bien atentos. Ganas de que la noche no termine.

Hechicero del tono, Adolfo Chouhy (foto, abajo) inició la velada entonando una obra que, concebida por Ramón Tarruella, oscila entre el drama y lo bizarro. Y deja una puerta abierta a todo aquel que goza navegando entre las aguas de lo cotidiano.


Minutos después, el mismo Ramón Tarruella (foto, abajo) se vistió de humedad y registro fílmico para atravesar el oleaje hecho relato de Alejandra Zina.

Hubo misterio. Y sabiduría de pescador. También, apariciones que sólo sirven para ilustrar algo que no está.


Para el final, Alejandra Zina (foto, abajo) se hizo enigma entre las palabras de Adolfo Chouhy.


Zina caminó descalza a través de un texto que se pierde entre laberintos femeninos. Y, de manera casi imperceptible, deja en claro que hay historias que nacen para ser continuadas.


También hubo música. Magia sonora dibujando telones y estados de ánimo a través de la guitarra y la voz de Juansis Prince (foto, abajo).


Por supuesto, quedó la certeza de que habrá revancha. Y que hay mantenerse despierto, martillando la pluma, porque habrá un próximo Corrincho.

Alguien avisó que cuando sopla el viento ya se lo puede oír. Ahí nomás. A lo lejos...


martes, 14 de septiembre de 2010

A leer que se acaba el mundo

Clic en la imagen para ver en grande:



lunes, 13 de septiembre de 2010

Cuenta regresiva: Corrincho, capítulo seis



Es verdad. Mirá:


Veladas Noveladas

Ciclo de novela inconclusa e inédita




Chouhy lee Tarruella

Tarruella lee Cantini

Cantini lee Zina

Zina lee Chouhy


Ameniza:
Juansis Prince (guitarra)

Presentan:
Juan Marcos Almada & Patricio Eleisegui


Cuándo: viernes 17 de septiembre. En qué momento del día: 21.30 horas.

Dónde: El Arte de Fluir. Olleros 3804 (y Rosetti)


domingo, 5 de septiembre de 2010

Corrincho, capítulo cinco: fiesta

Noche de paz, noche de amor, como dice la canción. Noche de fiesta habría que agregar. Porque eso es lo que abundó el 20 de agosto pasado, cuando Corrincho concretó su capítulo cinco: festejo.

En lo que fue su primera presentación en conjunto, hizo su debut el grupo Fiestorros. Que secundados por el telón musical de Dos Cachivaches dejaron en claro a qué se refieren cuando se autodefinen como "un grupo primitivo".

La antorcha se hizo luz en las manos de Marcelo Guerrieri (foto, abajo), quien dio vida a stripers, patovicas, y pasos sensuales sobre la barra de un boliche, en un relato que combina negocios turbios y poesías de algodón.



Luego, Nicolás Correa (foto, abajo) descerrajó una historia de mitos y poder que se escabulle entre lo más sórdido de la noche en busca de una respuesta. Que llega. Que sólo deja al callejón más oscuro como eventual salida.


Juan Marcos Almada (foto, abajo) tomó la posta. Y puso en marcha una carrera. El piloto insignia es un fierrero de frases cortas y soluciones prácticas. Ford Falcon. Observa, traslada, abre caminos. Espera el próximo semáforo verde.


¿Qué es eso que tenés ahí? ¿una mortadela? Hernán Brignardello (foto, abajo) hunde la pluma en el drama existencial de un espíritu de pueblo marcado por una diferencia. Ese mismo diferente repasa su génesis y apura las valijas para un viaje que en parte es una huida y, al mismo tiempo, otra forma de comenzar a vivir.


Un ex investigador devenido en contador de chistes vuelve a la noche para dar con el único objeto que prefiere no encontrar. Patricio Eleisegui (foto, abajo), relata los miedos, cuentas pendientes, y contradicciones, de un personaje que traslada la muerte en envase de vidrio.


Las historias tuvieron su sonido. Su textura musical. En este caso, la apuesta rítmica de la noche fiestorra y primitiva tuvo como protagonistas a Dos Cachivaches (foto, abajo).


La magia que completa. El público. Que se sumó copiosamente a este Corrincho capítulo cinco. Y que, no lo dudamos, volverá a aportar oídos, risas y aplausos en nuestra próxima -y cercana- nueva entrega.


Todas las imágenes que ilustran esta reseña son obra y gentileza de Mica Hernández.

jueves, 12 de agosto de 2010

Llegás y empezamos

Clic en la imagen para agrandar:



martes, 10 de agosto de 2010

A la vuelta de la esquina: Corrincho, capítulo cinco

Señoras y señores: se viene otro momento muy especial.

Sí.

En esta oportunidad, y en lo que representa un caso atípico, el ciclo que hace flamear la bandera de las Veladas Noveladas se complace en presentar una lectura -debut- a todo trapo:


Fiestorros!
(Un grupo primitivo)

Marcos Almada como Ford Falcon

Hernán Brignardello como El Tararira

Nicolás Correa como La Señora C

Patricio Eleisegui como Garófalo

Marcelo Guerrieri como Germondari



Amenizan: Dos Cachivaches


Cuándo: viernes 20 de agosto. En qué momento del día: 21 horas.

Dónde: El Arte de Fluir. Olleros 3804 (y Rosetti).

Habrá para comer. Habrá para beber. ¡Trae a todo el mundo, hijo!

miércoles, 21 de julio de 2010

lunes, 5 de julio de 2010

Corrincho, capítulo 4: un buen momento

Protagonista de la última jornada, Alejandro Alonso hasta se tomó la molestia de filmar una serie de momentos correspondientes a la noche del jueves 1º de julio.

A continuación, esos lapsos:

domingo, 4 de julio de 2010

Corrincho, capítulo 4: sucedió...


Y la luz se hizo de nuevo.

Hubo peronismo. Hubo ciencia ficción. Hubo realismo descarnado. Hubo horror. La música apropiada.

Hubo: Corrincho, capítulo 4.

El desafío era grande. Grandes autores. Un vuelo que cambió de caras y de voces al compás de los párrafos.

Los textos. Esos textos que nacen en los oídos de quienes, fecha a fecha, se acercan hasta la casa Pachamama a ver de qué se trata esto de un ciclo de novela inédita o inconclusa.

Apenas pasadas las 22 horas, José María Marcos se atrevió a volverse sonido de ese escrito de Alejandro Alonso que aporta otra mirada a ese fenómeno imposible de definir llamado peronismo.

Que siempre permite otra lectura. Otra escritura. Y Alonso apela a todo su repertorio para decir: acá no está todo dicho.

Esto también es real. Y verosímil.

Más tarde, el mismo Alejandro Alonso muta en Laura Ponce para dejar en claro que la ciencia ficción y la poesía son compatibles.

Que hay universos. Razas. Miedos y esperanzas comunes. Como las palabras.

En un momento, Laura Ponce es Leo Capucci. Se despliega una Buenos Aires marginal, infinita, y también dolorosa.

Capucci entiende que esa historia que se cocina a fuego lento de pronto, diez líneas más tarde, ya no le pertenece.

Es del público, que se acomoda, a veces sonríe. A veces se vuelve marginal como muchas de las oraciones del autor.

Para el final de la velada, Capucci se adueñará por un momento de José María Marcos. El texto recibe el nombre de Faustina, y su fragancia es lo oscuro de lo gótico. Lo que da miedo.

Además quedaron imágenes. Y algo más. En esta ocasión, gentileza de Hernán Brignardello y del mismo José María Marcos.



José María Marcos, voz de Alejandro Alonso por unas páginas.


Otro momento de Marcos, con el bajo de Jerónimo Naranjo detrás, creando el clima apropiado.


Alejandro Alonso, concibiendo otro universo a explorar esculpido por Laura Ponce.


Alonso, en un momento luces tenues en la espalda y un fulgor por delante que ilumina la obra en nacimiento.


Laura Ponce, a punto de comenzar a leer a Capucci. A su lado, el autor explica parte del génesis del escrito.


Después llega la lectura. Ponce se pierde en la oscuridad de Leo Capucci.


Cuando le llega el turno a Capucci, ahí está José María Marcos para fijar un contexto: el del escritor que imagina. La historia vendrá después.


Ahora Capucci es Marcos. Y con él se apagarán las voces de un nuevo capítulo del ciclo.


Aportando tonalidades, el bajo de Jerónimo Naranjo. En la imagen, acompañado por un guitarrista anónimo que se plegó a la fiesta.


Para el final, los organizadores: Patricio Eleisegui y Juan Marcos Almada. Dicen que hablaban del próximo Corrincho.

De un tal Capítulo 5...